A pesar de la popularidad mundial del Mahjong Solitaire en computadora, que en muchos países suele llamarse simplemente Mahjong, la historia de su aparición sigue siendo poco conocida y en muchos aspectos sorprendente. Este juego se distingue de otros rompecabezas por su combinación única de la tradición china antigua y el formato digital moderno. Originalmente, la palabra «Mahjong» (麻將) se refería a un juego de fichas popular que surgió en China en la segunda mitad del siglo XIX durante la dinastía Qing (清朝) y que rápidamente se convirtió en parte de la vida cotidiana de los habitantes urbanos. Sin embargo, en Occidente y en muchos otros países este nombre se asoció principalmente con el solitario de computadora —un juego lógico independiente para una persona, que heredó las fichas y la simbología, pero no las reglas del original.
La estética visual de las fichas chinas con caracteres, dragones y motivos de bambú convirtió el juego en una especie de lenguaje universal que no requería traducción, y precisamente eso le ayudó a ganar reconocimiento en todo el mundo. Hoy en día, el Mahjong se sitúa junto al Klondike y el Buscaminas, formando parte de los clásicos digitales de la era de la computadora personal. Su historia es un recorrido que va desde un programa experimental en una computadora educativa hasta un entretenimiento omnipresente en millones de dispositivos. A continuación veremos cómo surgió el Mahjong, qué cambios experimentó y qué hechos curiosos acompañan su trayectoria.
Historia del Mahjong
Origen y autor
Para entender cómo el Mahjong se convirtió en un fenómeno mundial, conviene volver a sus orígenes. La versión moderna del Mahjong fue creada por primera vez en 1981 por el programador estadounidense Brodie Lockard en el sistema informático PLATO. Lockard, estudiante de Stanford y talentoso gimnasta, sufrió un trágico accidente: durante un entrenamiento se lesionó gravemente la columna y quedó paralizado del cuello hacia abajo. A pesar de consecuencias tan graves, no abandonó su deseo de programar ni de buscar nuevas formas de creatividad.
Durante su prolongada estancia en el hospital, Lockard insistió en que se instalara un terminal PLATO en su habitación. Gracias a esto pudo seguir trabajando con la computadora, utilizando un palo especial que sostenía con la boca para introducir datos. Este método de interacción exigía una enorme paciencia y esfuerzo, pero fue precisamente lo que permitió a Lockard materializar sus ideas.
Según recuerda Lockard, la idea del futuro juego surgió de observar a otros pacientes: en el hospital ellos supuestamente jugaban una especie de solitario con fichas tradicionales de Mahjong, construyendo una estructura piramidal que recordaba a una «tortuga». Esta actividad despertó el interés de Lockard, y decidió trasladar la idea al entorno digital creando una versión informática del rompecabezas. Así nació su juego —Mah-Jongg, llamado en honor al Mahjong clásico chino (麻將), cuyos símbolos e imágenes se utilizaron para decorar las fichas virtuales. No se han encontrado pruebas históricas de la existencia de ese solitario, pero esta historia se convirtió en la base de la leyenda sobre el origen del Mahjong en computadora.
La primera versión de Mah-Jongg funcionaba en la plataforma en red PLATO, admitía el control a través de la pantalla táctil CDC-721 y se distribuía libremente, sin restricciones comerciales. Para principios de los años 80 esto fue una verdadera novedad: el Mahjong se convirtió en uno de los primeros videojuegos que utilizaban elementos de control táctil, anticipando la dirección futura del desarrollo de las tecnologías interactivas.
Éxito comercial
La siguiente etapa importante en el desarrollo del Mahjong llegó en 1986, cuando la empresa Activision lanzó la primera versión comercial del juego bajo el nombre de Shanghai para computadoras personales y consolas domésticas. En el proyecto participó el propio Brodie Lockard, y el productor fue Brad Fregger, quien desempeñó un papel clave en la transformación de la idea en un producto de masas.
El juego salió simultáneamente en varias plataformas populares —IBM PC, Amiga Computer, Macintosh, Atari ST y Apple IIGS. La versión para Macintosh fue desarrollada por el propio Lockard, mientras que la adaptación para Apple IIGS fue realizada por el programador Ivan Manley con la participación de Fregger.
Shanghai ganó popularidad rápidamente: según estimaciones, se vendieron alrededor de 10 millones de copias en todo el mundo, lo que en aquel entonces se consideraba un éxito colosal para un rompecabezas de escritorio. De hecho, este juego transformó el Mahjong de un experimento en un fenómeno global y lo consolidó como un género independiente.
El nombre Shanghai se convirtió en una marca registrada de Activision, por lo que otros editores que creaban rompecabezas similares tuvieron que buscar nombres alternativos. Como resultado, el nombre general «Mahjong» se consolidó en el uso común, y con el tiempo se asoció principalmente con el solitario de computadora. El juego de mesa tradicional conservó su lugar en la cultura, pero para muchas personas de diferentes países la primera mención del nombre evocaba la imagen de un rompecabezas digital.
No obstante, gracias al éxito de Shanghai, el Mahjong se extendió rápidamente bajo distintos nombres —Mahjong Solitaire, Mahjongg, Shanghai Solitaire, Mah Jong— y estuvo disponible en numerosas plataformas, desde computadoras personales y consolas hasta los primeros dispositivos portátiles. Así comenzó una auténtica expansión del género, que lo convirtió en parte de la cultura lúdica de finales del siglo XX.
Difusión y variaciones
A finales de los años 80 el Mahjong salió de los límites de las computadoras domésticas e incluso penetró en el ámbito de los juegos arcade. En 1989 la empresa japonesa Tamtex (タムテックス) presentó en las máquinas recreativas una variación original llamada Shisen-Sho. A diferencia del Mahjong, aquí las fichas no se disponían en una pirámide multicapa, sino sobre una superficie plana, y las reglas también eran diferentes: los pares se eliminaban no solo por la coincidencia de los dibujos, sino también cuando era posible conectarlos con una línea de determinada forma. Este enfoque abrió a los jugadores un tipo distinto de rompecabezas y se convirtió en el prototipo de toda una familia de juegos que más tarde se conocieron con el nombre de «Mahjong Connect». La aparición de Shisen-Sho mostró que también existía interés por el Mahjong en Asia: a pesar de la amplia difusión de la variante multijugador tradicional, los jugadores aceptaban con entusiasmo los nuevos formatos.
El siguiente paso importante se produjo en 1990, cuando el juego fue incluido en la famosa colección Microsoft Entertainment Pack para Windows 3.x. Allí se incluyó un solitario llamado Taipei, que millones de usuarios de PC apreciaron por su sencillez y claridad. Para muchos propietarios de Windows fue precisamente Taipei su primer contacto con el Mahjong, y el género en sí se consolidó como un «clásico de los entretenimientos de oficina». Más tarde Microsoft continuó la tradición: en las ediciones premium de Windows Vista y Windows 7 se preinstaló una versión mejorada bajo el nombre de Mahjong Titans, lo que consolidó definitivamente el juego en el ámbito digital.
Paralelamente a los lanzamientos comerciales, se desarrollaba activamente el movimiento de entusiastas que creaban versiones gratuitas del Mahjong para distintos sistemas. En los años 90 aparecieron versiones del juego también en el entorno de sistemas operativos tipo UNIX. Por ejemplo, Mahjongg formaba parte del conjunto estándar de juegos para el entorno de escritorio GNOME, y una implementación similar, KMahjongg, se ofrecía a los usuarios de KDE. Estos proyectos contribuyeron a que el Mahjong fuera accesible no solo para usuarios de Windows y consolas, sino también para la comunidad de software libre.
A comienzos de los años 2000 el juego se convirtió en un formato verdaderamente universal: el Mahjong podía encontrarse prácticamente en cualquier sistema operativo y dispositivo, desde computadoras de escritorio y portátiles hasta consolas de juegos y las primeras plataformas móviles. En este período consolidó definitivamente su estatus de «clásico digital», convirtiéndose en uno de esos juegos que acompañaban a los usuarios en todas partes, independientemente del dispositivo que utilizaran.
Reconocimiento mundial
Poco a poco, el Mahjong se convirtió no solo en un popular juego de computadora, sino en un auténtico fenómeno cultural. En Europa y Estados Unidos ocupó un lugar firme entre los entretenimientos domésticos junto a los rompecabezas, crucigramas y solitarios de cartas. Su éxito se explicaba por la combinación de reglas simples y un proceso de juego casi meditativo: incluso una partida corta permitía desconectarse de las preocupaciones y concentrarse en el pausado desmantelamiento del patrón de fichas.
En Rusia el juego se difundió ampliamente a finales de los años noventa y principios de los 2000, y rápidamente se convirtió en un pasatiempo habitual para un público amplio. Para muchos usuarios rusos, este solitario fue su primer contacto con la palabra «Mahjong», y solo más tarde descubrieron que bajo el mismo nombre existía un juego de mesa tradicional con reglas y formato completamente diferentes.
En Japón y en China el Mahjong de computadora también ganó reconocimiento, pero allí se diferenciaba claramente del juego clásico. En la tradición japonesa el solitario electrónico se conocía como Shanghai, directamente relacionado con el éxito de Activision. En China, en cambio, se percibía más bien como una adaptación digital moderna de símbolos y fichas familiares, no como una alternativa independiente al juego de mesa tradicional.
Con el tiempo aparecieron en el mercado cientos de variedades de Mahjong, que diferían tanto en los nombres como en el diseño visual. Junto a los conjuntos clásicos con caracteres y dragones, se lanzaron colecciones temáticas: fichas con frutas, banderas, signos del zodíaco, animales o símbolos festivos. Estas versiones hicieron el juego aún más accesible para diferentes grupos de edad y culturas, permitiendo que cada uno encontrara un diseño a su gusto.
La popularidad del Mahjong no disminuyó en el siglo XXI. En la década de 2010 el juego en línea Mahjong Trails se situó entre las aplicaciones más rentables de la plataforma Facebook, atrayendo a millones de jugadores en todo el mundo. El Mahjong clásico sigue formando parte del conjunto estándar de programas en varios sistemas operativos y viene preinstalado en muchos dispositivos. Además, el juego hace tiempo que superó los límites de las computadoras personales: hoy en día se puede encontrar en teléfonos inteligentes, tabletas, consolas de juegos e incluso en dispositivos poco convencionales. No es casual que en broma se diga que el Mahjong está en todas partes —desde las pantallas de los relojes inteligentes hasta los paneles táctiles de los refrigeradores modernos.
Este éxito se explica por la universalidad del juego. No requiere conocimientos de idioma, instrucciones complejas ni preparación especial: basta con atención y paciencia. Por eso el Mahjong sigue siendo comprensible y atractivo para personas de todas las edades y culturas, uniendo a jugadores de todo el mundo.
Hechos interesantes sobre el Mahjong
- Un rompecabezas desde el punto de vista matemático. A primera vista el Mahjong parece un simple pasatiempo, pero desde el punto de vista matemático es mucho más complejo. Las investigaciones en informática han demostrado que la tarea de completar el Mahjong pertenece a la clase de problemas NP-completos. Esto significa que no existe un algoritmo eficiente conocido que garantice encontrar la solución de cualquier disposición en un tiempo razonable. En otras palabras, es extremadamente difícil determinar de antemano si una disposición concreta de «tortuga» se puede resolver por completo.
- Popularidad entre los trabajadores de oficina. En los años 1990 y 2000 el Mahjong se convirtió en uno de los juegos más «de oficina» junto con el Klondike y el Buscaminas. Según encuestas realizadas en Estados Unidos y el Reino Unido, alrededor del 35% de los empleados admitieron haberlo ejecutado al menos una vez en su computadora de trabajo —para una pausa corta o para descansar la vista. Con el tiempo el juego se consolidó en la conciencia colectiva como un rasgo característico de la primera era digital: al igual que el Klondike y el Buscaminas, se convirtió en parte de la cultura informática emergente, donde los entretenimientos «casuales» cortos ocuparon un lugar especial.
- Una enorme cantidad de disposiciones posibles. Usando las 144 fichas, el número de posibles disposiciones de Mahjong se calcula con la fórmula 144! / (4!)^36. El valor resultante es tan grande que su escritura completa ocupa más de doscientos dígitos. La magnitud de este número es difícil de imaginar: es incomparablemente mayor que la cantidad de granos de arena en todas las playas de la Tierra o incluso de gotas de agua en los océanos del mundo. Esta colosal diversidad hace que cada nueva partida de Mahjong sea única, y la probabilidad de encontrar una disposición idéntica es prácticamente nula.
- Aproximadamente un 3% de las disposiciones son irresolubles. Investigadores que analizaron millones de partidas de Mahjong establecieron que no todas las disposiciones pueden resolverse por completo. Al comprobar más de 10 millones de juegos con la disposición clásica de «tortuga», se descubrió que aproximadamente un 3% de las disposiciones eran irresolubles. Esto significa que es imposible eliminar todas las fichas hasta el final, incluso si el jugador ve los elementos ocultos de las capas inferiores y dispone de toda la información. Esta característica hace el juego aún más interesante: a veces el fracaso no se explica por errores o cálculos equivocados, sino por la propia estructura de la disposición. Para los amantes de los rompecabezas esto recuerda que el Mahjong no siempre se reduce a la atención y la lógica —un grado de azar y de complejidad matemática está presente en su propia naturaleza.
- Nuevas versiones y adaptaciones. El éxito del Mahjong dio lugar a muchas ramificaciones. Además del solitario clásico de pirámide para un solo jugador, aparecieron variantes con modos competitivos —por ejemplo, contra reloj o por puntuación—, así como versiones por parejas en las que dos jugadores retiraban fichas del mismo tablero por turnos. Con el tiempo incluso surgieron torneos de resolución rápida, aunque no alcanzaron una organización tan estricta como los torneos de ajedrez o deportivos. Se desarrollaron cientos de disposiciones temáticas además de la «tortuga»: «muro», «torre», «araña», «dragón» y muchas otras, que diferían en la forma de la construcción y el nivel de dificultad. Es interesante que el juego japonés Shisen-Sho se convirtiera en la base de un género aparte conocido como «Mahjong Connect», mientras que las interpretaciones tridimensionales modernas, como Mahjong Dimensions, ofrecen eliminar pares ya en un cubo tridimensional. Así, el Mahjong sigue evolucionando, ofreciendo algo nuevo tanto a principiantes como a jugadores experimentados.
El camino recorrido transformó el Mahjong de una curiosa novedad en una parte integral de la cultura lúdica. Reunió rasgos de los juegos de lógica de mesa con las ventajas de la era digital. La historia del Mahjong muestra un ejemplo exitoso de adaptación cultural: los motivos de juego chinos se hicieron comprensibles y cercanos a personas de todo el mundo a través de un solitario simple y cautivador. Hoy en día este juego es valorado no solo como una forma de relajarse, sino también como entrenamiento de la atención, la memoria y el pensamiento estratégico. El Mahjong se ha convertido en una especie de «ocio intelectual» —el tiempo dedicado a desmantelar una pirámide compleja pasa desapercibido, mientras que el cerebro recibe un ejercicio beneficioso.
En medio de tendencias de juego cambiantes rápidamente, el Mahjong sigue siendo demandado desde hace varias décadas. Sus reglas simples y al mismo tiempo su profundidad hacen que el juego sea atractivo para todo tipo de personas. El Mahjong es igualmente adecuado tanto para una pausa corta en el trabajo como para un largo descanso nocturno. Se puede decir con seguridad que el Mahjong ha ocupado su lugar entre los juegos intelectuales clásicos —desde el ajedrez y el Sudoku hasta los solitarios de cartas. Explorar su historia y características inevitablemente despierta aún más respeto hacia este juego.
Basta con probar el Mahjong una sola vez, y el juego ya no te suelta. En él, la simplicidad de los primeros pasos se combina de manera sorprendente con una profundidad que solo se revela con el tiempo. Cada disposición es un pequeño desafío, en el que hay lugar para la intuición, la atención y la elección afortunada. Poco a poco el jugador nota que vuelve al Mahjong una y otra vez: por la sensación de concentración, la alegría de encontrar una pareja y el ritmo tranquilo en el que el tiempo parece ralentizarse. Precisamente en eso radica su fuerza de atracción. A continuación explicaremos las reglas del juego y compartiremos consejos que te ayudarán a disfrutar del proceso desde las primeras partidas.