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Backgammon gratis en línea

La historia detrás del juego

Backgammon — es uno de los juegos de mesa más antiguos del mundo, con una historia que abarca varios milenios. Combina de manera sorprendente la sencillez de sus reglas con la profundidad de sus posibilidades estratégicas, lo que ha permitido que el juego perdure a lo largo de los siglos y gane popularidad en muchos países. Backgammon se distingue de otros juegos lógicos por su raro equilibrio entre el azar, asociado con las tiradas de dados, y la habilidad, que requiere cálculo y pensamiento táctico. Gracias a ello, el juego ha ocupado un lugar especial en la cultura de muchos pueblos — desde las cortes reales persas hasta los cafés modernos — y se considera con razón una de las formas de ocio más elegantes e intelectuales.

Historia del Backgammon

Los orígenes más antiguos del juego

Las pruebas arqueológicas muestran que los predecesores del Backgammon ya existían en la antigüedad. En Irán (la antigua Persia) se han descubierto juegos de unos cinco mil años de antigüedad — tableros con cavidades y dados — pertenecientes a la cultura arqueológica de Jiroft. Uno de los posibles precursores del juego es el Royal Game of Ur, que se practicaba en Mesopotamia alrededor del 2600 a. C. Al igual que Backgammon, era una competición de azar y habilidad que utilizaba fichas y dados.

Las fuentes escritas de la antigüedad mencionan el juego romano Latrunculi, un juego estratégico con fichas, así como el posterior juego bizantino Tabula, que contaba con un tablero de 24 casillas y 15 fichas por jugador. Ya entonces el objetivo de Tabula consistía en mover las fichas a lo largo del recorrido del tablero y retirarlas antes que el oponente — un principio muy cercano al del Backgammon moderno.

La leyenda persa sobre la creación del Backgammon

El juego más cercano al Backgammon moderno apareció en Persia durante el Imperio sasánida (siglos III–VI d. C.). El nombre persa del juego — Nard (نرد) — es una abreviatura de Nardshir, que significa «el juego del valiente Ardashir». Según la leyenda, el juego fue inventado por el visir Buzurgmehr (بزرگمهر) en la corte del rey Cosroes I Anushirvan (خسرو انوشیروان). La tradición cuenta que Buzurgmehr creó el juego como respuesta al ajedrez indio, para demostrar la superioridad intelectual de Persia.

En el poema épico «Shahnameh» (شاهنامه) del poeta persa Ferdousí (فردوسی), esta leyenda se relata con gran viveza, vinculando el origen del juego con el nombre del sabio visir. Aunque no existen pruebas históricas de un autor concreto, la leyenda en sí apunta al origen persa del Backgammon y a su importancia en las cortes de los reyes persas.

La expansión del juego en Oriente y el nacimiento del Backgammon largo y corto

Desde Persia, el Backgammon se extendió ampliamente por Oriente Medio, Asia Central y más allá. Ya en los siglos VII–VIII se menciona en fuentes árabes bajo el nombre de «taht-e-nard». A través de la influencia árabe, que llegó hasta Sicilia, el juego se difundió por el norte de África y la península ibérica: se considera que llegó por primera vez a Europa en el siglo X bajo el nombre de Tables (— «tablas» o «tableros»).

El juego también era conocido en China: las crónicas históricas mencionan el shuang-lu (雙陸) — un juego similar al Backgammon, que según la tradición fue inventado en el oeste de la India y llevado a China durante la dinastía Wei (220–265 d. C.). Hacia los siglos V–VI, el shuang-lu ya se había difundido ampliamente y se convirtió en una de las formas de ocio más populares. En Japón, un juego similar llamado sugoroku (双六) llegó a ser tan popular que la emperatriz Jitō (持統天皇) promulgó en el año 689 un decreto prohibiéndolo por la excesiva afición del pueblo al juego. Estos hechos demuestran que ya en la Edad Media el Backgammon tenía múltiples variantes locales y nombres diversos.

El Backgammon en la Europa medieval

En Europa, los juegos parecidos al Backgammon eran conocidos como Tables. La primera mención escrita del juego se encuentra en un manuscrito anglosajón del año 1025 (Codex Exoniensis), donde se dice: «Dos se sientan a jugar a Tables...». En el siglo XI, juegos similares aparecieron en Francia bajo el nombre de Trictrac y ganaron rápidamente popularidad entre la aristocracia y los aficionados al azar.

El rey Luis IX el Santo (Louis IX) de Francia promulgó en 1254 un decreto que prohibía a sus cortesanos jugar a juegos de azar, incluido el Tables. A pesar de las prohibiciones, el juego siguió extendiéndose: en Alemania las primeras menciones datan del siglo XII y en Islandia del XIII. En España, el rey Alfonso X el Sabio (Alfonso X de Castilla) dedicó en 1283 una sección de su célebre tratado «Libro de los Juegos» al juego de Tables (Todas Tablas), donde describió detalladamente sus reglas.

Hacia el siglo XVI, los juegos de mesa con dados se habían convertido en una parte habitual de la vida cotidiana en toda Europa. Sin embargo, no existían reglas unificadas: cada país y región tenía sus propias variantes. En Francia se jugaba al Trictrac, en Italia al Tavole Reale, en España al Tablas Reales y en Alemania al Puff. En Inglaterra, durante mucho tiempo se utilizó el nombre general Tables, y solo a comienzos del siglo XVII apareció la palabra «Backgammon». La etimología del nombre no está del todo clara: según una teoría, proviene del inglés medio back («atrás») y gamen («juego»), reflejando la esencia del juego — el regreso de las fichas a casa; según otra, del galés bach («pequeño») y cammaun («batalla»). En cualquier caso, el término se consolidó para designar la versión corta del Backgammon, es decir, aquella en la que es posible capturar fichas.

El origen del Backgammon largo y corto

En la Rusia medieval y los países vecinos, el juego era conocido con el nombre persa Nard. A través del Cáucaso y Asia Central, el Backgammon llegó a Georgia (donde desde el siglo XVII se conocía como nardii) y más tarde a los calmucos y otros pueblos del Volga y Siberia. En Rusia y otros países de la antigua URSS, el juego se popularizó en el siglo XX, convirtiéndose en un pasatiempo tradicional, especialmente común en los patios urbanos y en los lugares de veraneo. Con el tiempo, se consolidaron dos versiones principales de las reglas: el Backgammon largo y el corto.

El Backgammon largo es la versión más antigua, cercana al Nard persa. En esta modalidad, todas las fichas comienzan desde una sola posición («la cabeza») y se mueven en la misma dirección para ambos jugadores; las fichas capturadas no se eliminan — una casilla ocupada por una ficha queda bloqueada para el oponente. Esta variante es popular en Oriente y en los países postsoviéticos, y suele considerarse el Backgammon clásico.

El Backgammon corto, en cambio, es la versión occidental, con una disposición inicial de las fichas distribuida por el tablero, movimientos en direcciones opuestas para los jugadores y la posibilidad de «capturar» fichas y enviarlas al bar (la barra en el centro del tablero). El Backgammon corto se difundió ampliamente por Europa a partir del siglo XVI, y en los siglos XVII–XVIII ya era conocido en América. Ambas variantes comparten la misma base, pero difieren en los aspectos tácticos y se desarrollaron de manera paralela a lo largo de la historia.

El desarrollo del juego en la Edad Moderna

En el siglo XVII, el juego Tables en Inglaterra experimentó cambios y se transformó prácticamente en el Backgammon corto. El término «Backgammon» se documenta por primera vez en 1635. Los jugadores ingleses distinguían la nueva versión de la antigua, conocida como Irish (Backgammon irlandés), que se consideraba más seria, pero con el tiempo la versión corta la sustituyó. En 1743 se publicó en Londres el primer tratado detallado sobre las reglas y estrategias — «A Short Treatise on the Game of Back-Gammon» de Edmond Hoyle (1753, «Tratado breve sobre el juego del Backgammon»), donde se establecieron las principales normas del Backgammon corto de la época. Curiosamente, en el siglo XVIII el juego se hizo popular incluso entre el clero, pese a la condena eclesiástica de los juegos de azar.

Para el siglo XIX, las reglas del Backgammon corto habían adoptado casi por completo su forma moderna. A mediados del siglo, ya se utilizaba la barra central (bar) para las fichas capturadas, y la victoria en una partida podía valer uno, dos o tres puntos: una victoria simple — cuando el jugador retiraba todas sus fichas primero; gammon — una victoria doble, si el ganador retiraba todas las fichas mientras el perdedor no retiraba ninguna; y backgammon — una victoria triple, si el ganador retiraba todas las fichas mientras el oponente no retiraba ninguna y aún tenía al menos una ficha en el bar o en la casa del ganador. Este sistema de puntuación se convirtió en la base de las reglas modernas del Backgammon corto.

Cambios recientes — el cubo de duplicación y el resurgimiento del interés

La innovación más importante del siglo XX fue la introducción del cubo de duplicación. En la década de 1920, en los clubes de juego de Nueva York, se inventó un Doubling Cube especial con caras numeradas 2, 4, 8, 16, 32 y 64, que permitía aumentar las apuestas durante la partida. Este cubo hizo el juego más complejo al añadir un elemento de evaluación del riesgo: ahora el jugador debía no solo mover las fichas con destreza, sino también saber elegir el momento adecuado para proponer duplicar la apuesta, basándose en sus posibilidades de victoria.

Con la aparición del cubo de duplicación, el Backgammon se transformó en un juego intelectual y emocionante de un nuevo nivel, lo que favoreció su popularidad entre la élite. En la década de 1960, el interés por el juego alcanzó un verdadero auge en Estados Unidos y Europa. Un papel fundamental en este resurgimiento lo desempeñó el príncipe Alexis Obolensky — descendiente de aristócratas rusos establecido en América, conocido como el «padre del Backgammon moderno». En 1963 fundó la Asociación Internacional de Backgammon, elaboró reglas oficiales unificadas y organizó los primeros torneos importantes. En 1964 se celebró en Nueva York un torneo internacional con la participación de numerosas celebridades, y en 1967 tuvo lugar en Las Vegas el primer campeonato mundial de Backgammon.

El juego se puso rápidamente de moda: se jugaba al Backgammon en clubes privados, universidades y reuniones sociales. Se organizaron torneos patrocinados por grandes empresas, surgieron campeones famosos y autores de libros de estrategia, lo que consolidó la posición del Backgammon como un entretenimiento intelectual y prestigioso.

A finales del siglo XX, el Backgammon continuaba siendo popular en muchos países. En varios estados del Mediterráneo oriental, el Backgammon sigue considerándose un juego nacional: en Grecia, Turquía, Líbano, Chipre e Israel está profundamente arraigado en la cultura popular. En el Reino Unido y Estados Unidos se crearon federaciones nacionales de Backgammon, que organizan regularmente campeonatos y ligas.

Desde comienzos de la década de 1990, el Backgammon entró en la era digital: se desarrollaron programas para jugar contra el ordenador y analizar partidas, y con el auge de internet surgió la posibilidad de jugar en línea con oponentes de todo el mundo. Así, un juego nacido en la antigüedad ha sabido adaptarse a las nuevas épocas y tecnologías sin perder su atractivo intelectual.

Datos curiosos sobre el Backgammon

  • Partidas reales y tableros diplomáticos. El Backgammon ha sido considerado desde la antigüedad un juego de nobles y a menudo formaba parte de regalos diplomáticos. En la década de 1740, el sultán otomano Mahmud I (محمود) regaló al rey francés Luis XV (Louis XV) un lujoso juego de Backgammon hecho de madera incrustada con nácar — símbolo de refinamiento e inteligencia. Estos tableros, decorados con oro, marfil o concha de tortuga, se conservaban en colecciones reales como signo de alto estatus. Los conjuntos del siglo XVIII se valoran hoy en las subastas por decenas de miles de dólares, especialmente si pertenecieron a figuras históricas reconocidas.
  • Prohibiciones y astucia de los jugadores. A lo largo de su historia, el Backgammon ha sido objeto de prohibiciones debido a su relación con el juego de azar. En 1254, el rey francés Luis IX prohibió el juego en la corte, y en Inglaterra, en 1526, el cardenal Thomas Wolsey (Thomas Wolsey) calificó el Backgammon de «invención del diablo» y ordenó quemar todos los tableros. Sin embargo, los artesanos ingeniosos encontraron una solución: en el siglo XVI en Inglaterra comenzaron a fabricar tableros plegables de Backgammon con forma de libro. Desde el exterior parecían un volumen en una estantería, pero en su interior albergaban el tablero de juego, las fichas y los dados. Esto permitía a la nobleza jugar en secreto al juego prohibido — abrían el «libro» para jugar una partida y lo cerraban rápidamente ante la amenaza de una inspección. Hoy, estos juegos de Backgammon son piezas de anticuario muy valoradas y curiosidades históricas.
  • El Backgammon en el arte y la cultura popular. Gracias a su popularidad, el Backgammon ha aparecido en numerosas obras de arte y literatura. Por ejemplo, el pintor neerlandés Jan Steen (1626–1679) representó a campesinos jugando al Backgammon en su cuadro «Los jugadores de trictrac» (The Game of Tric-Trac), capturando la tensión emocional de la escena. En el Hermitage se conserva otra obra suya en la que uno de los jugadores vuelca el tablero — aparentemente tras una disputa por la derrota. Más tarde, el Backgammon también apareció en el cine: en la película de James Bond «Octopussy» (1983), el protagonista juega una partida de Backgammon con dados, lo que subraya la atmósfera de riesgo y duelo psicológico. En la literatura y poesía orientales, el juego a menudo simboliza los giros del destino y la sabiduría de aceptar el azar.
  • Récords y logros. En la actualidad se celebran torneos internacionales de Backgammon en los que compiten los mejores jugadores del mundo. Desde la década de 1970 se organiza anualmente el campeonato mundial de Backgammon — primero en Las Vegas y después en Montecarlo — que reúne a profesionales de todo el planeta. Existen también récords relacionados con la duración de las partidas: en 2018, en Azerbaiyán, Rustam Bilalov (Rustam Bilalov) estableció el récord Guinness de maratón de Backgammon más largo, con una duración de 25 horas y 41 minutos. Otra curiosidad estadística es el número mínimo de tiradas de dados necesarias para finalizar una partida — 16 movimientos, un escenario teórico calculado por matemáticos.

A lo largo de los siglos, el Backgammon se ha convertido en una parte inseparable del patrimonio cultural de muchos pueblos. Nacido en la antigua Persia, este juego ha superado épocas de prohibiciones y renacimientos, ha conquistado Oriente y Occidente y ha mantenido su atractivo hasta nuestros días. La historia del Backgammon es la historia del ocio humano, donde se entrelazan el espíritu competitivo y la reflexión: desde los torneos de sabios cortesanos hasta las tabernas medievales y los refinados salones del siglo XX. Hoy, el Backgammon sigue uniendo a personas de diferentes generaciones y culturas, ofreciendo una rara combinación de azar y cálculo. Comprender el camino que ha recorrido este juego permite apreciar su valor especial — como fenómeno cultural y como ejercicio para la mente.

Tras conocer la rica historia del Backgammon, uno inevitablemente siente el deseo de poner a prueba sus habilidades en el tablero. En la siguiente parte analizaremos las reglas de este legendario juego — desde el Backgammon corto (la versión moderna) hasta el Backgammon largo oriental — y compartiremos consejos prácticos. Sumérgete en la atmósfera de sabiduría y emoción que ofrece el Backgammon y descubre un mundo de batallas lógicas y tradiciones antiguas.

Cómo jugar, reglas y consejos

Backgammon — es un juego de mesa para dos jugadores que se juega en un tablero especial con 30 fichas — 15 blancas y 15 negras — y dos dados. El tablero tiene 24 puntos (triángulos estrechos) divididos por una barra central en dos mitades. Cada jugador mueve sus fichas según los resultados de los dados, intentando llevarlas alrededor del tablero y sacarlas antes que su oponente. Una partida de Backgammon suele durar entre 5 y 30 minutos — dependiendo de los resultados de los dados y del nivel de habilidad de los jugadores; solo se necesitan dos participantes y un conjunto de juego estándar.

Desde el punto de vista mecánico, el Backgammon es una carrera competitiva con un elemento de azar. Cada jugador lanza dos dados y mueve sus fichas por el tablero, decidiendo qué ficha mover y cuántos puntos avanzar. Cada tirada crea una nueva situación, y el éxito depende tanto de la suerte como de la habilidad — de la capacidad para aprovechar de forma óptima las combinaciones que salen. El juego resulta interesante porque exige un equilibrio constante entre riesgo y seguridad: se puede jugar con precaución, evitando dejar fichas solas fáciles de golpear, o actuar con valentía, confiando en la suerte y creando trampas para el oponente.

El Backgammon se valora por desarrollar el pensamiento lógico y combinatorio, la capacidad de calcular jugadas con antelación y tomar decisiones en condiciones de incertidumbre. Además, el juego tiene un lado estético: tableros de madera decorativos o incrustados, el sonido de los dados, los rituales de lanzamiento — todo ello aporta un placer especial al proceso de juego. No es de extrañar que el Backgammon haya sido durante siglos un juego predilecto para la convivencia amistosa y el descanso intelectual.

Reglas del Backgammon: cómo jugar

Antes de empezar, veamos los elementos básicos del juego. El tablero de Backgammon consta de 24 puntos (triángulos) — 12 en cada mitad. Los puntos se dividen en cuatro cuadrantes de seis: dos zonas «caseras» (una para cada jugador) y dos exteriores. En el centro del tablero se encuentra la barra — la separación donde, en el Backgammon corto, se colocan las fichas «golpeadas». Cada jugador dispone de 15 fichas de su color, y el movimiento de las fichas se determina mediante dos dados con números del 1 al 6. A continuación se presentan las reglas de las dos variantes principales — el Backgammon corto (backgammon moderno) y el Backgammon largo.

Backgammon corto

  • Colocación inicial. En el Backgammon corto, las fichas de cada jugador se colocan según un esquema fijo: 2 fichas en el punto 24 (el más alejado de la «casa» del oponente), 5 fichas en el punto 13, 3 fichas en el punto 8 y 5 fichas en el punto 6. De esta manera, las fichas se distribuyen entre la zona casera y la exterior. Los jugadores se sientan uno frente al otro, con su zona casera delante (puntos 1–6 para las blancas y en espejo para las negras). Los movimientos se realizan en direcciones opuestas: las blancas se mueven en sentido antihorario y las negras en sentido horario. El objetivo es ser el primero en mover todas las fichas alrededor del tablero y sacarlas antes que el oponente.
  • Turno de juego. Al comienzo de la partida, cada jugador lanza un dado. El jugador que saque el número más alto empieza la partida y utiliza ambos valores para el primer movimiento. Si ambos sacan el mismo número, se vuelve a lanzar hasta obtener resultados diferentes. Después, en cada turno, el jugador lanza dos dados y mueve las fichas según los números obtenidos.
  • Movimiento de las fichas. Los números obtenidos en los dos dados indican cuántos puntos puede mover una o dos fichas. Cada número se usa como un movimiento separado. Por ejemplo, si salen un 5 y un 3, se puede mover una ficha 5 puntos y otra 3, o una sola ficha 8 puntos en total, siempre que el punto intermedio esté libre. Las fichas solo se pueden mover hacia adelante — hacia la propia «casa», es decir, hacia los puntos de menor número. No se puede colocar una ficha en un punto ocupado por dos o más fichas del oponente. Si hay solo una ficha del oponente (blot), se puede golpear — la ficha del rival se retira del tablero y se coloca en la barra, desde donde deberá volver al juego más adelante.
  • Doble. Si ambos dados muestran el mismo número (por ejemplo, 6–6 o 3–3), el jugador puede jugar cada número dos veces, es decir, realizar cuatro movimientos en lugar de dos. Por ejemplo, si se obtiene un 6–6, se pueden mover una o varias fichas 6 puntos cuatro veces. Este resultado se considera favorable, ya que permite avanzar rápidamente y cambiar la situación del tablero a su favor.
  • Movimientos obligatorios. El jugador debe usar ambos valores obtenidos (o los cuatro en caso de doble), si las reglas lo permiten. Si solo es posible jugar un número, debe usarse el más alto. Si no es posible realizar ningún movimiento (por ejemplo, si todos los caminos están bloqueados por las fichas del oponente), el turno se pierde. Esta situación puede ocurrir, por ejemplo, cuando todas las fichas están en la barra y los puntos de entrada están ocupados por dos o más fichas del rival.
  • Golpeo de fichas y barra. En el Backgammon corto se pueden golpear las fichas del oponente: si una ficha propia cae en un punto donde hay una sola ficha rival, esta se golpea y se coloca en la barra — la separación central del tablero. La ficha golpeada se considera temporalmente fuera del juego. Antes de hacer otros movimientos, el jugador debe devolver al tablero todas las fichas que estén en la barra. El reingreso se realiza según los resultados de los dados: por ejemplo, si salen un 4 y un 6, la ficha puede entrar en el punto 4 o 6 de la casa del rival, siempre que dichos puntos no estén ocupados por dos o más fichas. Si todos los puntos posibles están ocupados, el turno se pierde. Una vez que todas las fichas golpeadas han regresado, los movimientos restantes se juegan normalmente.

Backgammon largo

  • Disposición inicial y dirección del juego. En el Backgammon largo (variante oriental), las 15 fichas de cada jugador comienzan desde un solo punto — la «cabeza». La cabeza de las blancas se encuentra en el punto más alejado a la derecha del tablero interior de las negras, mientras que la cabeza de las negras está colocada simétricamente en el punto derecho más alejado del tablero interior de las blancas. En otras palabras, ambas cabezas se ubican en las esquinas opuestas de la misma diagonal del tablero. Los jugadores mueven sus fichas en una sola dirección — en sentido antihorario (desde la perspectiva de las blancas). A diferencia del Backgammon corto, los caminos de las fichas blancas y negras no se cruzan de frente: parecen perseguirse mutuamente alrededor del tablero. Las blancas se mueven desde su cabeza a través de la zona interior de las negras, luego por su zona exterior, después por la zona exterior de las blancas y terminan en su propia casa; las negras hacen el mismo recorrido en dirección opuesta — desde su cabeza en la casa de las blancas hasta la suya.
  • Orden de juego. El orden del primer movimiento en el Backgammon largo se determina igual que en el corto: cada jugador lanza un dado, y quien obtiene el número más alto empieza el juego, utilizando la suma de ambos dados en su primer movimiento. Si ambos sacan el mismo número, se repite la tirada hasta que haya diferencia. Una vez determinado el primer jugador, los turnos se alternan: cada turno comienza con el lanzamiento de dos dados. Los valores obtenidos indican cuántos puntos pueden avanzar las fichas. El jugador debe usar ambos números si las reglas lo permiten; cuando se obtiene un doble (dos números iguales), cada valor se usa dos veces, dando un total de cuatro movimientos. El turno continúa hasta que se hayan realizado todos los movimientos posibles de acuerdo con los dados.
  • Movimiento y reglas de los dados. El movimiento de las fichas sigue los mismos principios básicos: una ficha sale de la cabeza y avanza tantos puntos como indique el dado, siempre que el punto de destino no esté ocupado por una ficha del oponente. En el Backgammon largo está prohibido colocar una ficha en un punto ya ocupado por una ficha rival — aquí no hay capturas, y el punto queda controlado por la primera ficha que lo ocupa. Por lo tanto, en esta variante no existen ni barra ni fichas capturadas. Las demás reglas de los dados son iguales a las del Backgammon corto: cada número en los dos dados otorga un movimiento separado (o se pueden combinar si todos los puntos intermedios están libres); cuando sale un doble, el jugador realiza cuatro movimientos con ese número. Los movimientos deben realizarse siempre que las reglas lo permitan. Hay una restricción importante: solo se puede sacar una ficha de la cabeza por turno. La única excepción es el primer movimiento de la partida: si sale un doble 6–6, 4–4 o 3–3, las reglas clásicas permiten sacar dos fichas a la vez («salida de 2 fichas»). En todos los demás casos, solo se puede sacar una ficha de la cabeza por turno. Esta regla hace que el inicio sea más estratégico: no se pueden dispersar todas las fichas de inmediato, y el progreso requiere planificación.
  • Bloqueos y limitaciones. En el Backgammon largo, aunque no se puedan capturar las fichas del oponente, bloquearlas sigue siendo una parte esencial de la estrategia. Dos o más fichas en el mismo punto lo cierran al oponente. Los jugadores construyen «primes» — secuencias de puntos ocupados consecutivos — para ralentizar el avance del rival. Por ejemplo, al cerrar 4 o 5 puntos seguidos, se puede frenar notablemente las fichas del oponente. Sin embargo, las reglas del Backgammon largo prohíben el «bloqueo completo»: no se puede formar una cadena de seis puntos consecutivos cerrados si esto deja todas las fichas del oponente atrapadas detrás. Al menos una ficha rival debe tener la posibilidad de pasar el bloqueo. Si un bloqueo de seis puntos impide completamente el movimiento de todas las fichas del rival, la jugada se considera ilegal. En la práctica, esto significa que un bloqueo de seis puntos solo está permitido si al menos una ficha del oponente ya lo ha superado. Por lo demás, el bloqueo sigue siendo una táctica clave: sin capturas, la victoria se logra mediante maniobras hábiles y la creación de obstáculos.
  • Retirada de fichas. Cuando las 15 fichas han completado el recorrido y están en la zona interior (los últimos seis puntos), se comienza a retirarlas del tablero, igual que en el Backgammon corto. Las reglas de retirada son las mismas: el número obtenido permite retirar una ficha del punto correspondiente; si no hay ficha en ese punto, se puede mover dentro de la casa o retirar una ficha de un punto más alejado ocupado. Como en el Backgammon largo no hay capturas, el proceso de retirada es más simple: el objetivo de cada jugador es retirar todas sus fichas lo antes posible.
  • Puntuación y victoria. En el Backgammon largo se juega normalmente por un punto por partida. Gana quien retire todas sus fichas primero. Si el ganador retira todas las fichas mientras el oponente aún tiene alguna, se considera una victoria simple — un punto. Si el oponente no tiene ninguna ficha restante, se considera una victoria doble. En partidas oficiales se juega hasta un número de puntos previamente acordado. El cubo de doblar casi no se usa en el Backgammon largo y solo aparece en partidas de práctica o de apuesta.

A los principiantes a menudo se les recomienda empezar con el Backgammon corto, ya que la posibilidad de capturar fichas hace el juego más dinámico y emocionante. El Backgammon largo es valorado por su pureza estratégica: el éxito depende casi por completo de la táctica, y el azar solo influye en las tiradas de los dados, por lo que el riesgo de perder por casualidad es mínimo. Dominar ambas variantes te ayudará a comprender mejor todos los matices de este fascinante juego.

Consejos para jugadores principiantes de Backgammon

Backgammon — un juego en el que la habilidad llega con la experiencia. Para avanzar más rápido, es importante entender las técnicas tácticas básicas y evitar errores comunes. A continuación, hemos dividido los consejos en tres grupos: enfoques tácticos generales, errores típicos de principiantes e ideas para una estrategia más avanzada. Estas recomendaciones son útiles tanto para el Backgammon corto como para el largo (con los ajustes correspondientes según las reglas).

Enfoques tácticos

  • Construye la «casa» y los anclajes. Intenta ocupar puntos en tu zona interior lo antes posible — especialmente el quinto punto, conocido como el «punto dorado». Los puntos ocupados en la casa dificultan el retorno de las fichas capturadas del oponente en el Backgammon corto y facilitan la retirada de las tuyas. También es útil crear un anclaje — un punto en la zona del rival donde mantengas dos fichas tuyas. El anclaje (especialmente en el punto 20 o 21 del oponente) actúa como base: ralentiza el avance del rival y ofrece refugio a tus fichas. En el Backgammon largo, es importante avanzar las fichas temprano y ocupar varios puntos por delante para no quedar atrapado en la cabeza.
  • No dejes fichas solas innecesariamente. Las fichas solitarias (blots) son vulnerables: en el Backgammon corto pueden ser capturadas por el oponente, y en el largo pueden quedar bloqueadas. Procura mover las fichas en pares para que se protejan mutuamente. Antes de mover, evalúa: ¿quedará una ficha sola en una posición abierta? Si es así — decide si vale la pena correr el riesgo o si es mejor jugar seguro. Sin embargo, ser demasiado cauteloso también puede ser perjudicial: a veces vale la pena arriesgar un blot para ocupar un punto clave o frenar al oponente. Busca el equilibrio entre seguridad y audacia.
  • Concéntrate en construir bloqueos (primes). Varias fichas consecutivas en puntos adyacentes crean un obstáculo serio para el oponente. Un prime ideal consta de seis puntos cerrados seguidos, pero incluso cuatro o cinco brindan una ventaja significativa. Intenta construir bloqueos en tu zona exterior para ralentizar el avance del rival o en tu casa para facilitar la retirada final. En el Backgammon largo no se pueden bloquear todas las fichas del oponente por completo: al menos una debe poder pasar. En el Backgammon corto es técnicamente posible cerrar las 15 fichas del oponente, pero en la práctica es difícil. En cualquier caso, el principio es el mismo: es mejor asegurar un punto que intentar capturar una ficha adicional, especialmente si el rival tiene fichas en la barra.
  • Vigila la distribución de las fichas en el tablero. Evita acumular demasiadas fichas en un solo punto — los llamados «pilones». Por ejemplo, tener cinco fichas en un punto suele ser excesivo: esos recursos se utilizan mejor para controlar otras posiciones. Por otro lado, no dejes demasiadas fichas solitarias (blots) para no exponerlas al riesgo. Juega con flexibilidad: distribuye tus fichas de manera que cualquier tirada de dados te brinde movimientos útiles y mejore tu posición.
  • Ten en cuenta la fase del juego. Al comienzo, es importante sacar las fichas de la cabeza o ampliar las posiciones iniciales y ocupar puntos clave; en el medio, refuerza tus posiciones y decide si quieres correr o frenar al rival; al final, actúa con cuidado o asume riesgos según la situación — retira las fichas con precaución si vas adelante, y dificulta los movimientos del oponente si vas detrás.

Errores de los principiantes

  • Jugar sin un plan. Los principiantes suelen jugar «según las circunstancias», sin una estrategia general. Por ejemplo, al ver la oportunidad de golpear una ficha del oponente, lo hacen de inmediato sin pensar en la posición de sus propias fichas. O bien empujan todas las fichas hacia adelante sin proteger la retaguardia. Evalúa la posición después de cada tirada: ¿qué aporta más beneficio — atacar o reforzar tu posición? A veces es mejor fortalecer tu casa o mover las fichas rezagadas que arriesgarse por un solo golpe.
  • Juego excesivamente pasivo («juego en casa»). El otro extremo — jugar demasiado a la defensiva. Los novatos a menudo tienen miedo de dejar fichas solas y, como resultado, desperdician turnos realizando movimientos inútiles. Por ejemplo, mueven constantemente fichas dentro de su casa en lugar de avanzar. Esto lleva a quedarse atrás en la carrera y a perder la iniciativa. No temas correr un pequeño riesgo, especialmente al inicio de la partida, cuando incluso una ficha golpeada puede volver. En Backgammon el ritmo es esencial — es mejor avanzar con algo de riesgo que quedarse quieto y permitir que el oponente ocupe todos los puntos clave.
  • Ignorar el marcador y la duplicación (en el Backgammon corto). En las partidas por puntos, los principiantes a menudo olvidan la estrategia de duplicar. No saber usar el cubo de duplicación o aceptar duplicaciones es un error que lleva a perder oportunidades. Recuerda: si llevas una ventaja clara, ofrece duplicar con decisión — de lo contrario, corres el riesgo de ganar solo 1 punto cuando podrías haber obtenido 2. Y al contrario, si estás muy por detrás y sin posibilidades — es mejor rendirse ante una duplicación y guardar los puntos para la siguiente partida.
  • Cálculo incorrecto de probabilidades. En Backgammon, mucho depende de las probabilidades de que salgan ciertos números. Un error común — no evaluar el riesgo de dejar una ficha expuesta. Por ejemplo, un principiante puede dejar una ficha abierta a 6 puntos de distancia pensando «probablemente no acierte». Pero la probabilidad es bastante alta — alrededor del 17%. O, al contrario, temer una tirada rara: por ejemplo, el oponente necesita un doble concreto para ganar, y los principiantes lo temen, aunque la probabilidad también es del 17%. Aprende poco a poco las probabilidades básicas en Backgammon — qué tiradas son más frecuentes y qué posibilidades tiene cada acción. Esto ayuda a tomar mejores decisiones: a veces se puede dejar una ficha sola si el riesgo de ser golpeado es solo del 8%, y la ganancia potencial es alta.
  • Transición prematura a la carrera. En el Backgammon corto existen dos estilos principales de juego — el de contacto (intentando golpear y retener) y el de carrera (cuando ambos jugadores intentan llevar sus fichas a casa evitando riesgos). Un error común — pasar demasiado pronto al modo carrera cuando el oponente aún tiene una posición fuerte. Por ejemplo, un principiante puede intentar huir con todas las fichas aunque el rival tenga bloques delante — y terminar siendo alcanzado y golpeado. O, al contrario, quedarse en el enfrentamiento cuando ya sería mejor correr (si lleva ventaja en distancia). Aquí es útil saber contar los pips — el número total de puntos que cada ficha debe recorrer hasta la meta. Aprende a calcular quién tiene menos camino. Si llevas mucha ventaja en pips — evita los contactos y lleva las fichas a casa. Si vas muy por detrás — complica el juego al rival, pues sin un golpe afortunado no podrás ganar.

Estrategias avanzadas

  • Gestión del riesgo y planificación de movimientos. Los jugadores experimentados calculan las consecuencias de sus acciones, consideran las posibles tiradas del rival y anticipan cómo cambiará la posición después de ellas. Tienen en cuenta dónde han dejado fichas solitarias, qué puntos están abiertos y qué movimientos puede aprovechar el oponente. Piensan como jugadores de ajedrez: no solo en su próximo movimiento, sino también en las posibles respuestas del adversario.
  • El principio de «seguro o audaz». En cada posición hay un movimiento agresivo y otro prudente. El agresivo puede dejar una ficha expuesta, intentar golpear una del rival o intensificar la situación; el prudente fortalece la casa, cierra puntos y minimiza el riesgo. La habilidad consiste en saber cuándo aplicar cada estilo: si vas por detrás, juega con valentía para intentar cambiar el curso del juego; si vas por delante — juega con seguridad para no dejar oportunidades al rival. La configuración del tablero siempre importa: a veces incluso al jugador que va ganando le conviene arriesgar para acelerar la victoria, mientras que el que va perdiendo debe esperar un error del oponente.
  • Gestión del marcador del partido. En partidas por match (por ejemplo, a 5 o 7 puntos), la táctica cambia según el marcador actual — es lo que se conoce como estrategia de match. Por ejemplo, si te falta solo 1 punto para ganar y el rival necesita 3, deberías ser más prudente con la duplicación, ya que una derrota no sería decisiva; en estos casos se aplica la regla de Crawford, que limita la duplicación en una partida determinada. Conocer los principios de la estrategia de match es muy útil para los torneos, aunque su estudio detallado va más allá de las recomendaciones básicas.
  • Finales técnicos y retirada de fichas. En la fase de retirada, los jugadores experimentados tienen en cuenta muchos matices. Por ejemplo, la «regla del 25%»: incluso si vas por detrás pero tienes aproximadamente un cuarto de posibilidades de ganar si el rival comete errores, vale la pena continuar jugando. También es importante mantener fichas en los puntos más lejanos de casa tanto tiempo como sea posible si el oponente aún puede bloquearlas, para aumentar la posibilidad de un backgammon inesperado. En el Backgammon largo, lo principal — no quedarse demasiado tiempo en la cabeza, ya que el rival puede construir un bloque y reducir significativamente tus posibilidades de victoria.

El consejo principal — juega y analiza. Después de cada partida es útil revisar tus movimientos: dónde cometiste un error, qué movimiento habría sido mejor. La práctica y la observación atenta del juego del rival permiten mejorar gradualmente tus habilidades. Backgammon — un juego que se aprende en pocos minutos, pero que puede perfeccionarse toda la vida, disfrutando de cada progreso.

Backgammon — un juego fascinante que combina suerte y estrategia, sencillez y profundidad. Al aprender las reglas y dominar las primeras tácticas, descubrirás un mundo de entretenimiento intelectual que ha resistido el paso del tiempo. No importa si la suerte es caprichosa al principio — cada partida enseña algo nuevo: paciencia, cálculo, aceptar las derrotas y disfrutar las victorias. Este juego es especial porque siempre hay espacio para crecer: del aficionado doméstico al maestro de torneos.

Cuando pruebes tus habilidades en el tablero, sentirás lo adictivo que es Backgammon: querrás una revancha, probar una nueva técnica o verificar una estrategia observada. Y lo más importante — el juego fomenta la comunicación. Una partida de Backgammon acompañada de una taza de té puede unir a personas de diferentes generaciones y culturas, porque el lenguaje de los dados y las fichas no necesita palabras. El duelo intelectual, las bromas amistosas y la emoción de una buena tirada — todo esto crea el ambiente único del Backgammon.

Esperamos que estas reglas y consejos te ayuden a jugar al Backgammon con confianza y a desarrollar tus habilidades. Incluso un poco de experiencia te permitirá comprender mejor la estrategia, calcular movimientos y disfrutar del proceso. Intenta aplicar los principios aprendidos, observa al rival y desarrolla poco a poco tu propio estilo — así el juego será interesante y enriquecedor. ¿Listo para ponerte a prueba? ¡Juega Backgammon en línea ahora mismo — gratis y sin registro!